martes, 17 de noviembre de 2009

Sobre las Emociones


Sobre las Emociones




Como mago que ha crecido bajo la influencia de la EMM (Escuela Magica de Madrid), debido a las largas temporadas de Juan Tamariz en la provincia de Cádiz, dónde vivo, el tema de las Emociones es algo que me tome muy en serio desde hace ya unos años.

Creo firmemente, que la teoría de las emociones de Tamariz, ha sido su mayor aporte al mundo de la teoría mágica. Muy brevemente podríamos decir que: "La variedad en la magia, no ha de estar, ni en los efectos, ni en los objetos, si no en las emociones que se transmiten"

He de decir, que yo no construyo mis juegos en base a las emociones, los construyo de forma más intuitiva y luego, eso si,  los estructuro según las emociones que transmite. Os comentaré algunas de las emociones que suelo introducir en mis sesiones de magia y alguna que he visto transmitir a compañeros.


El Misterio; esta emoción está suscrita a nuestros espectáculos, es una emoción que siempre esta presente en todos y cada uno de nuestros juegos. Recordemos que nosotros hacemos cosas sin explicación aparente.

La Sorpresa; me encanta esta emoción, es más. He de tener cuidado con ella, pues es tanto lo que me gusta,que suelo abusar a menudo de este tipo de efectos. Lo cual no es bueno en sesiones de larga duración. Por ello procuro que no haya mas de uno o dos juegos de este tipo en mi sesión de 90 minutos..., eso si, no siempre lo consigo ¡Que droga! En mi caso, la sorpresa provocada es positiva, pues viene seguida de la alegría hilarante (bonito termino t.barrei)

La Nostalgia; esta emoción, más que a través de mis juegos, la busco o mejor dicho; la consigo, con mis utensilios mágicos; cubiletes de cuero viejo con dados que golpean la mesa, fichas de domino deslizándose por la mesa desnuda sin tapete, la baraja de cartas españolas, etc.… y también con algunas expresiones ya en desuso.

Esto que digo, creo que también es algo a tener en cuenta, que no sólo podemos trasmitir emociones a través de nuestros juegos, si no también de nuestros utensilios, vestuario, expresiones, etc.…

La Ternura; Soy un tipo muy besucón, me encanta dar achuchones, apretones y demás muestras de cariño. Sobre todo me encantan las abuelas y los abuelos, me he dado cuenta, que sin querer siempre saco a alguno para darle pellizcos en la cara y algún que otro achuchón. Sabiendo de este punto de mi personalidad, al estructurar mi sesión intento que se incluya algún juego que me permita este jugueteo con mis espectadores. (¡Juas! Releyendo este último párrafo, parece escrito por una especie de psicópata afectivo)


                                                                           El Miedo:

Hay que buscar los polos, por ello la emoción del miedo es una que da muchos enteros a mis sesiones pues se sitúa en el sitio opuesto del resto de emociones que busco y deseo transmitir. Para ello, recurro a un juego (Uno y sólo uno) que implica un cierto peligro para la integridad física del espectador que me ayuda en ese momento, mezclado con mucho humor, para quitarle “hierro” al asunto. Eso si, con este tipo de emociones hay que ser muy, pero que muy cuidadoso, ya que a veces, nuestros voluntarios o sus familiares son de lo más sensibles y podemos conseguir el efecto contrario al buscado. Se que el miedo puede no parecer una emoción digna de ningún entretenimiento como el ver un espectáculo de magia. Pero no dejemos de recordar, obras teatrales que acojonan, atracciones de feria terroríficas y como finalmente salimos con nuestra risa nerviosa y un sabor de boca muy, muy bueno. Aún así, cuidadin con este tipo de emociones.

La Desilusión; ¡Toma ya! ¡Un Ilusionista queriendo desilusionar! Ufffff, este tema de la desilusión, es algo de lo que aún no estoy muy seguro, lo mismo un día me arrepiento, peeeeero…, a veces hay que probar las cosas más inverosímiles para comprobar su utilidad. Primero os pongo en algunos antecedentes:

Juan Tamariz...





...en su libro “La Vía Mágica” comenta (muy resumidamente) que, por este método vamos cerrándole puertas a los espectadores, le ponemos una pista falsa final y en cuanto se de de bruces con ella, entrará sin remedio en el "Arcoiris mágico"







Gabi Pareras*...


... por el contrario se pregunta; ¿Pero a que costa? ¿A costa de que el espectador entre en ese mundo cabizbajo? ¿No sería mejor quizás, no hacer referencia alguna a la posibilidad de truco? No dar nunca a examinar los elementos (al menos no directamente), pues ese mero hecho, ya esta diciendo la posibilidad de que encierre trampa lo que hacemos. Vamos..., intentar no hacer mención ninguna a la utilización de trucos y hacer. Así...sin más. La gente ya sabe que todo tiene truco, así que tienen que asumir que la única opción para disfrutar de la sesión, es suspender su incredulidad y entrar por si mismos en el “Arcoiris Mágico”



* Gabi Pareras, para aquel que no lo conozca, es un TITÁN del pensamiento mágico teórico. Vive en Barcelona y es uno de los más finos artistas, por que él es artista; que ha dado la magia en España.

Pues bien, me gusta la teoría de las pistas falsas de Tamariz. Las he aplicado y las aplico aún. La cosa es, que el pensamiento de Gabi abrió en mi una profunda… ¿frustración?... No, no creo que ese sea el término que rondaba mi cabeza, pero creo que me haré entender aún con el término erróneo. Y me dije, que si…, que podría ser real aquello que mostraba Gabi, pero había algo que no me terminaba de convencer de su planteamiento. Como seres humanos que somos, siempre estamos buscándole respuestas a lo imposible para tranquilizar nuestras débiles mentes, por ello. No creo que un espectador pueda suspender su incredulidad así como así, no. Simplemente, por que no sabe que pierde en el camino que ha decidido o va ha decidir tomar, a la hora de ver nuestra sesión. ¡Hasta que no tropezamos no aprendemos! Entonces pensé en buscar alguna forma de demostrar al espectador que si busca el secreto y lo encuentra, no será más que contraproducente para su entretenimiento, quería que asumieran que no debían de pasárselas buscando el truco (aún sabiendo que existe un truco !Que no les interese!) Pero para ello, debía hacerlos tropezar. Debía de mostrarle cuanto iban a perder si entraban por ese camino y no por el “Arcoiris Mágico” y me puse a ello, así que decidí darles esa emoción “La Desilusión” Hacer un juego de entrada, que fuera fuerte e impactante, para justo después, en cuanto lo hayan degustado; revelarles el secreto. El secreto real.

Bien, el planteamiento lo tenía claro, pero… ¿Explicar un juego? Así que me puse a pensar en efectos para dicho fin, efectos de entrada (sólo en escena, efecto fuerte, etc.) finalmente di con un efecto que me podía servir para probar toda esta “paja mental” mía. “El Pañuelo y el Huevo”, fue el elegido, es un efecto fuerte, muy fuerte para el profano. ¡Un Huevo aparece en una mano dónde instantes antes había un pañuelo y éste último viaja al bolsillo! Y para más INRI, se explica el efecto, el cómo y si esta explicación no va en tono jocoso, si no más bien serio. (Sin colarse) la gente se queda descolocada, asombrada, se miran unos a los otros, sonríen tímidamente…, es un momento de ¿Porqué el mago nos explica esto?..., vamos, pasan por un momento de; desilusión.

Para colmo, les digo:

“Recuerdan la sensación de cuando vieron aparecer el huevo ¡Fue increíble! Y sin embargo en cuanto les expliqué, que el huevo era irreal, que había dos pañuelos… sus caras eran un poema, se sintieron desilusionados, defraudados… pues bien, esa sensación es la que conseguirán si durante el resto del espectáculo siguen intentando encontrar los “secretos” Señores, somos mayorcitos… sabemos que todo en esta vida tiene sus secretos, pero ya que lo sabemos y sabemos que en este caso, el descubrirlos no es más que contraproducente, les invito a pasar al otro lado del espejo y disfrutar como si todo esto fuera real. En cambio, si quieren, me puedo pegar los siguientes 90 minutos haciendo un juego y explicándolo a continuación, al menos así no cansaran sus mentes ni se frustraran, eso si el disfrute, el aleteo de la magia, sólo les durará unos segundos… ¿Os apetece entrar? ¿Si? Pues entonces a partir de ahora, para ustedes, la magia será real, sólo habrá un pañuelo y este huevo será un ¡HUEVO REAL!”



Este es rosa, de una gallina un tanto...

En ese momento parto el huevo, en el interior de un vaso viéndose ahora que es uno real. De este modo, intento que “sufran” en sus carnes lo que se pierden al encontrar un secreto y que por ellos mismos, entren en el “Arcoiris Mágico” del que nos habla Tamariz, pero esta vez, intentando seguir la premisa de Gabi. Finalmente, al partir el huevo y verse que es real, les estoy tendiendo una mano y les quito el sin sabor, que les acabo de provocar al revelarles el secreto.

Como digo, esto no son más que disertaciones mías. Disertaciones cuáles, que me permito el probarlas ante público (Tengo la suerte de dedicarme a esto y hacer de 3 a 4 actuaciones semanales para distintos espectadores) como os digo, no se si estaré haciendo bien, peeeero, como dije antes ¡Hasta que no tropiece en la piedra no lo aprenderé!

La Frustración; Las emociones no tienen por que pasar en las carnes del espectador directamente, al menos eso pienso yo. Si el mago siente algún tipo de frustración por lo que acontece en escena y el mago le cae bien al público, éste se implicará emotivamente con él, viviéndola como propia. (Conste que estos son pensamientos míos, con lo cual es más que probable que no sean ciertos. Mis pensamientos si, su razón lógica no) La Frustración es otra de las emociones que suelo incluir dentro de mi sesión, el mago intenta que los espectadores (normalmente aquí uso dos niños) hagan una serie de acciones, mientras estos no se sabe bien por que, hacen cosas contrarias y contradictorias a las ordenadas por el mago, el mago cada vez más extrañado y frustrado, pues no comprenden ordenes sencillas, acaba bajándolos del escenario resignado y moviendo la cabeza de un lado a otro. Es curioso, pero el efecto de esta emoción no es negativo, como podría suponerse en un principio, al menos no en la estructura que yo presento en la rutina.

La Confusión; no es magia ¿Cuántas veces habré oído esto? ¡Pues ala! Yo cierro mis sesiones con un caos fenomenal; La Carta General, en una versión que el espectador es incapaz de seguir con la lógica. No tiene ni pies ni cabeza, no se sabe porque pasan las cosas, ni el mago las explica y cuando acaba, te quedas con cara de ¿Qué coño ha pasado?

Sin embargo las emociones que discurren aquí, pues son muchísimas; la sorpresa, el misterio, la confusión, el suspense, la ironía, la compasión, la culpa y un largo etc.…en la que predomina una emoción global que cobija al conjunto; La Confusión. Confusión que viene dada y alimentada por tener una mezcla tan brutal de emociones en tan corto espacio de tiempo que es eso precisamente, lo que hace grande a esta rutina ¡La Variedad de Emociones!













Rafael Baltresca, magnifico mago Brasileño. Especialista en enmangues y un mago emocionante de ver.

La Ira;

Curiosa emoción esta, ¡juas! La Ira; el mago le monta un pollo a una pobre espectadora, le grita, mueve las manos airado delante de ella, otro espectador se levanta y pide calma y respeto y Baltresca ¡Le insulta! El espectador se indigna y Baltresca ¡Le pega! Si, si, le pega un puñetazo, lo tira por los suelos, etc.… finalmente se calma, se calma…mmmm ¡Que buenas las Pringues!..., hay que ver lo que relajan estas patatas, se come una..., y da otra al espectador que le pego y este se relaja y otra patata a la espectadora, todos se relajan…

Ni que decir tiene, que los espectadores “saben” que todo es una comedia, el personaje al que pega, es un ayudante avisado de antemano, etc.… pero la emoción vivida, no se la quita nadie al público y es que es curioso, aunque nuestro intelecto sepa que todo es ficticio e irreal, nuestras emociones viven el momento sin importar nada más. Ya lo dice Jorge Bucay, es mejor hablar a las emociones que al intelecto y esto, es precisamente lo que hace Baltresca, lo mismo que Bucay con sus cuantos; ataca al sentimiento.

La Culpa; Hay emociones, que además se usan para otros aspectos, que no los meramente usados para conseguir variedad, estos elementos; como la sorpresa, que en según que grado es aprovechada como misdireccion mental para hacer técnicas secretas como el enfile, por poner un simple ejemplo. El mago utiliza la culpabilidad en muchos de sus juegos, cuando el espectador pierde una carta en la baraja sin que el mago se lo ordenara y coge desprevenido a éste por ello, cuando en realidad la tenemos controlada ya en sup.1 dando así una impresión extra de dificultad aparente, por culpa de un imprevisto causado por una acción de un espectador.

Aunque esta es una emoción negativa, nos ofrece una gran ventaja táctica y como añadido, nos ayuda a la ansiada diversidad de emociones.

Estas son solo algunas de las muchisimas emociones que podemos transmitir al hacer magia, asi que ya sabeis, si quereis dar variedad en una sesion "Variedad de Emociones"

4 comentarios:

jftamayo dijo...

Asistimos a otra magistral clase del Maestro Rubiales, nótese la redundancia... pues no sobra. Podríamos poner varias veces sinónimos de maestro. No sobrarían.

Me ha encantado lo que a mi juicio ha sido más tuyo, lo de la desilusión. El conjugar la vía mágica de Tamariz con el pensamiento de Gabi Pareras (a quien desde mi profunda ignorancia del mundo mágico no conocía) ha sido una genialidad.
Además ha traído a mi mente una vieja discusión que tuvimos en un foro acerca de una cosa que hizo Piedrahita... me lo has recordado nada más. No pretendo establecer comparaciones.
Además, a mi humilde y limitado entender, enseñas un "extra": no te quedes en los libros, ni te quedes en lo que los demás dicen... como explicabas en el otro hilo: sé tú mismo. Se hace más cierta que nunca la frase de caminante no hay camino... y por ello no esperes nada fácil. Estoy seguro de que estas cosas, tus cosas, se acabarán estudiando en las escuelas de magia. Y si no, ¡ellos se lo perderán!
Esto me recuerda que te tengo que estar agradecido por mostrarnolas...
Me ha encantado cómo has dicho lo de psicópata afectivo... oxímoron que debería formar parte de nuestras vidas.
Por cierto y por último, mi profe está cansado de decir lo de confusión no es magia... así que necesito ver tu número para que me convenzas de lo contrario.
No aburro más al personal pero antes me repito, gracias.

Daroca dijo...

Acabo de leer la presentación de Pañuelo y huevo más fuerte e intensa de las que he leído nunca. La transformación del fake en un huevo real ya no supone una contrariedad para el público, sino la primera prueba para que averigüen si es sincero su propósito de no ir a pillar el truco. Cuando están convencidos de que van aceptar las proposicones deshonestas del mago, de que van a intentar entrar en el Arco Iris directamente: plaf, ya están de lleno en él, sin esperar al próximo juego. Ese momento debe ser... de los momentos Rubiales.

Es que me asombro cada vez más del gran entramado teórico que hay detrás de tu magia, Juan Luís. Porque siempre se nota que algo hay, pero no parece tanto hasta que no lo explicas. Profanos y magos perciben que eres bueno pero no sabe bien por qué. Todo va a nivel subconsciente, y luego revelas a los magos tus verdaderos trucos y alucinamos.

Me quedo con esa lección: la variedad de emociones es la verdadera variedad que rompe la posible monotonía de la magia.

Si cuando yo decía que este blog equivalía a comprarse para Reyes un montón de libros de magia...

Juan Luis Rubiales dijo...

No sabeis cuanto agradezco vuestros comentarios, se ve que no leéis; degustáis. Y eso me llena profundamente, espero seguir compartiendo mis cosas con vosotros y ajalá todas sean tan de vuestro agrado.

Respecto a lo del Huevo y la que podríamos llamar "Presentación Desilusoria" comentaros que está funcionando, llevo ya haciendolo al público un tiempecillo y a la gente parece que le entra. Voy a ver si preparo algún tipo de cuestionario sobre el juego para pasarlo a mis espectadores y así ver más profundamente lo sentido por ellos.

Os mantendré informados por el Blog. ¡Un abrazo!

Alberto de Figueiredo dijo...

Enhorabuena por el blog, que lujo poder leer tus pensamientos a través de estas páginas. Prometo ser un asiduo visitante.

Sobre el tema del huevo, me parece un más que interesante acercamiento, aunque no tengo claro si me parece el mejor aproximamiento el pañuelo y el huevo.

Alberto de Figueiredo.

Lo hablamos en diciembre compartiendo esas "tapitas madrileñas". Juas.

¡Larga vida a este blog!